El azar mueve miles de millones de euros todos los años en España. De hecho, se estima que alrededor del 85% de los ciudadanos juegan a algún tipo de juego de azar al menos una vez año. La inmensa mayoría lo hacen de manera responsable, ya que saben que esto tiene un coste. Como todos sabemos, esta industria involucra a una gran tipología de juegos que van desde la clásica Lotería Nacional o la Lotería del Niño hasta las múltiples modalidades (tragaperras, póker, blackjack…) presentes en los casinos físicos o virtuales. Ahora bien, ¿qué motiva a algunos jugadores a escoger los juegos de casinos por encima de las loterías y viceversa? En este artículo, vamos a mostrarles los pros y los contras de apostar a los juegos de casinos o a la lotería.
Los orígenes de los casinos en España
El primer casino de la historia de la Humanidad apareció en el año 1638 en la icónica ciudad italiana de Venecia. El término “casino” –de origen italiano- se refiere a aquellas casas de campo del siglo XVI donde se reunía la alta sociedad veneciana durante su tiempo de recreo, pero también para apostar. Con el paso del tiempo, las apuestas se convirtieron en el pasatiempo principal de este estrato privilegiado de la sociedad veneciana, por lo que la palabra “casino” acabo asociándose con los locales de juegos de azar. Posteriormente, los casinos se fueron extendiendo por el resto de Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y el Oeste de los Estados Unidos.
El primer casino que abrió sus puertas en suelo español fue el Casino de Castellón en el año 1814, cuyo fundador fue el barón de Benicassim, Francisco Ginés y Feliu. Este primer local para apuestas tuvo una gran acogida entre la alta sociedad española, por lo que tan solo dos décadas después le seguiría la apertura de otro más. Concretamente, el mítico Casino de Madrid de la calle Alcalá de 1836. Como sucedió en el resto del planeta, el número de aficionados a los juegos de azar siguió creciendo como la espuma en todo el país. Durante las décadas venideras abrirían otros célebres casinos como el Casino de Murcia (1847) o el Casino de Numancia (1848). Sin embargo, toda esta proliferación de los juegos de azar se vio interrumpida de forma abrupta con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera en 1923, quien prohibió el juego y los centros clandestinos donde se celebraba.
La Ley persiguió y castigo el juego en España hasta caída de la dictadura franquista. Ciertamente, los juegos de azar en suelo español no volvieron a estar autorizados hasta el 7 de marzo de 1977, cuando esta actividad comenzó a estar regulada por el Estado. Con la aprobación de la Ley del Juego de 2011, la industria de los juegos de azar ha experimentado un boom sin precedentes en nuestro país. Desde entonces, todos los casinos tradicionales y los casinos virtuales deben cumplir una normativa regulada por el Estado que garantiza trasparencia y equidad a los jugadores. De hecho, fue a partir de esta ley cuando los casinos virtuales y las casas de apuestas en línea comienzan a popularizarse en España.
Hoy en día, los casinos virtuales y las casas de apuestas en vivo le están ganando la partida a los establecimientos tradicionales. Los casinos virtuales ofrecen comodidad, diversidad, accesibilidad y privacidad a los jugadores. Virtudes con las que los casinos físicos no pueden competir. El futuro de los juegos de casino pasa por las plataformas online en lugar de los casinos terrestres. No obstante, estos últimos todavía mueven más dinero que los primeros. Aunque, como marca la tendencia, esto es cuestión de tiempo.
El origen de la Lotería en España
¿Quién no ha soñado con que le toque la Lotería de Navidad? Uno de los deseos más populares entre los españoles es ganar un premio de lotería. Un premio que les permita darse un capricho e, incluso, no tener que trabar durante el resto de sus vidas. La Lotería Nacional es el primer juego de azar regulado por el Estado en España. Sus orígenes datan de finales del año 1763, cuando se hizo el primer sorteo bajo el mandato del rey Carlos III. La idea de traer este juego de azar a España tuvo su origen en Nápoles, donde existía un torneo similar desde hacía años. Recordemos que Carlos III, antes de ser rey de España, lo fue del Reino de Nápoles entre 1738 y 1759. El fin que buscaba el rey Carlos III era recaudar más dinero para las maltrechas arcas públicas de nuestro país. Obviamente, cobrando una tasa sobre ella, como sigue ocurriendo en la actualidad.
Sin embargo, con el paso del tiempo el sorteo que se hizo más popular en España fue la Lotería de Navidad. La primera Lotería de Navidad se llevó a cabo en 1818. No obstante, hasta 1839 no se comenzó a celebrar de manera anual. Durante esta década también tuvo lugar la aparición del segundo sorteo más popular entro los españoles: La Lotería de El Niño, que se celebra todos los años el 6 de enero. A diferencia de los casinos, los juegos de lotería al estar regulados –además, de que le interesaban al Estado por su afán recaudatorio- siguieron celebrándose sin interrupciones hasta nuestros días. Pese a ello, los primeros registros de la Lotería Nacional de España comenzaron tras la Guerra Civil. Los juegos de lotería reúnen a millones de españoles, como demuestran la evolución en sus recaudaciones durante los últimos 80 años. En el año 1945, el Estado solo recaudo 912 pesetas (5,48 euros); en 1950, 1807 pesetas (10,86 euros); en el año 2021, se recaudaron ¡9.359 millones de euros!
¿Qué es mejor apostar en los casinos a la Lotería Nacional?
1. Ventaja de la casa: en este punto, nos convendría más jugar a los juegos de casinos que a cualquier tipo de lotería. Las loterías siempre tienen una ventaja de la casa mucho mayor (del orden del 40% al 60%), mientras que la mayoría de los juegos de casinos esta es hasta diez veces inferior. Los juegos de casinos con menor ventaja de la casa son el blackjack (0,28%), el video póquer (0,46%), bacará (1,06%-1,24%), las tragaperras (2%-20%) y el Keno (15%-25%).
2. La suma de los premios: como todos sabemos, el gran atractivo que tiene apostar a las loterías es la cantidad de dinero que sortean. La Lotería de Navidad es célebre por los millonarios premios que nos ofrecen. Premios que pueden cambiar por completo la vida de una persona. Aunque los casinos físicos y los casinos virtuales también cuentan con algunos juegos con botes elevados, estos son en su mayoría la excepción. Hablamos de, por ejemplo, tragaperras que ofrecen la posibilidad de ganar premios de hasta un millón de euros. Sin embargo, estas son más bien una anécdota. No obstante, siguen siendo juegos en los que resulta más fácil llevarse el premio gordo que en la lotería.
3. Estrategia: en este apartado no existe comparación posible. En los juegos de casino la estrategia puede ser un factor determinante. Sin embargo, en la lotería dependemos única y exclusivamente de la suerte. Los jugadores de casinos más habidos son capaces de emplear diferentes técnicas con las que reducen la ventaja de la casa. Los jugadores de lotería no tienen esta oportunidad.
4. Jugar a largo plazo: apostar a largo plazo, jugar durante horas o días de forma continua a la lotería es imposible. Al menos si no queremos perder todos nuestros ahorros sin recibir nada a cambio. Por el contrario, un buen jugador de blackjack o de póquer puede ganar constantemente, aunque sean botes que simplemente compensen sus pérdidas.
5. Inversión: el principal atractivo de las loterías es su bajo coste. Por ejemplo, un décimo de un sábado ordinario ronda los 6 euros. Por lo tanto, no es necesario invertir mucho para tener la posibilidad de ganar mucho dinero. Por el contrario, para jugar a los juegos de casinos es necesario tener un cierto autocontrol para no arriesgar demasiado dinero por cada sesión de juego.
Conclusión
Apostar a una u otra modalidad dependerá de lo que cada jugador busque con ello. En el caso de las loterías, estas son recomendables para aquellos jugadores que buscan ganar un premio elevado sin invertir demasiado tiempo o dinero. Por el contrario, los juegos de casino son ideales si buscamos sentir la emoción de jugar o tener mayores probabilidades de ganar, aunque el premio sea menor.
Opinar